Hablamos de Economía Circular

El modelo económico actual está basado en un proceso lineal y un consumo a corto plazo, en el que se extraen los recursos (en la mayoría de los casos, finitos), con ellos se fabrican o producen productos y servicios y se tiran o se pierden una vez consumidos, sin posibilidad de recuperar la inversión realizada a lo largo de todo el proceso.

Esto conlleva un derroche tanto de recursos como energético contrario a las metas para la sostenibilidad propuestas por las Naciones Unidas para 2030, conocidas como Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A diferencia del modelo lineal actual, la economía circular propone un modelo económico en el que se maximizan los recursos disponibles, tanto materiales como energéticos, para que estos permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo productivo. Se trata de un modelo basado en compartir, arrendar, reutilizar, reparar, rehabilitar y reciclar, formando un circuito casi cerrado donde los productos sean revalorizados, alargando su vida útil de forma segura para la salud humana tantas veces como su propia naturaleza permita antes de ser desechados.

En términos prácticos, la economía circular implica una considerable reducción del consumo de recursos finitos, de los residuos generados, así como de las presiones ejercidas sobre el Medio a lo largo de toda la cadena de producción, distribución y consumo.

Por lo tanto, en términos generales, la eficiencia de la economía circular depende de la acción conjunta de las entidades públicas, las empresas privadas y los consumidores, pues cada uno de ellos desempeña un papel fundamental:

•          Por un lado, la administración, mediante el análisis y diagnóstico del modelo económico de cada región, puede implantar medidas y normativas que fomenten acciones en consonancia con los fundamentos de la economía circular, así como poner a disposición del resto de agentes técnicas, metodologías y herramientas que faciliten la accesibilidad a los instrumentos de información, concienciación e innovación sobre producción y consumo sostenible.

•          Las empresas privadas son los actores principales que deben tomar decisiones de producción acorde con los modelos de sostenibilidad propuestos por la economía circular y contemplarlas como una oportunidad de diferenciarse dentro del mercado. Evitar el uso de sustancias peligrosas para la salud, revalorizar los desechos de su producción, abogar por materiales reciclables y/o reutilizables, así como aumentar la durabilidad de los productos son algunos ejemplos de acciones que promueven la economía circular.

•          Los ciudadanos como consumidores también son potenciales impulsores del cambio hacia la economía circular por medio de una toma de decisiones consciente y responsable a la hora de consumir que permita alargar la vida útil de los productos, por ejemplo, mediante el consumo local, la reducción, la reutilización, la reparación de los  productos cuando sea posible y una correcta separación de los residuos  a la hora de desecharlos para su correcto reciclado entre otras.

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